lunes, 14 de noviembre de 2011

Whips on fire


En qué se convierte la vida cuando cada día torna un suplicio. Existir es morir viviendo, es dolor sórdido y hastío.
Por qué seguir adelante sin nada que defender... Se perdió en el pasado. Su tacto grabado en mi piel y la reminiscencia en su legado.
No puedo olvidar pero tampoco quiero pensarlo.
Te fuiste por voluntad.
Aportaba paz y armonía en tu existencia, ¿acaso se completó de ambas y ya no las necesitas? ¿Acaso tornaron fútiles y vacías?
Me dijiste que me sentiría sola.
Me abandonaste por voluntad y aún me resigno a creerlo. Mi mente no es capaz de comprender, despojada ya de todo sentimiento.
Marchita y nefasta, cruel realidad con sonrisa dentada afilada como mil dagas.
Abocada sin retorno a la tristeza, soledad y humillación, rechazo desprovisto de contemplación.
Y esas dagas se clavan poco a poco y se deleitan con la agonía y se nutren de mis miedos.
Todo está condenado al fracaso. Nacemos para morir poco a poco.


Arinya